Traducido a más de siete idiomas, Hernán Rivera Letelier es un veterano de las letras cuya última novela publicada hasta ahora era La contadora de películas, publicada en 2009. En El arte de la resurrección, Letelier nos cuenta la historia de un personaje singular, Domingo Zárate, el Cristo del Elqui, quien desde su pobreza se cree la reencarnación de Cristo, el cual, acompañado de una prostituta, pretende avisar al mundo del cercano fin de los tiempos.
Con un discurso atrapante, el escritor chileno Hernán Rivera Letelier se presentó en la Sala Rodolfo Walsh de la 6ª Feria del Libro en Mar del Plata, para hablarnos de sus últimos trabajos.
Estuvieron presentes el Cónsul chileno, el Secretario de Cultura del Municipio de General Pueyrredón -Arq. Rodríguez-, autoridades de la Feria y una sala colmada de admiradores de su obra, recibiendo la distinción de visitante ilustre de la ciudad.
Este 'contador de cuentos', nacido en Talca en 1950 saltó a la fama con su novela La Reina Isabel cantaba rancheras, premiada por el Consejo Nacional del Libro y la Lectura en 1994, transformándose en una de las obras literarias de más vasta difusión de la narrativa chilena reciente. El mismo Consejo premió dos años después Himno del ángel parado en una pata. A éstas le siguieron: Fatamorgana de amor con banda de música (1998), Premio Municipal de Novela; el libro de cuentos Donde mueren los valientes (1999); Los trenes se van al purgatorio (2000); Santa María de las flores negras (2002). Canción para caminar sobre las aguas (2004), Romance del duende que me escribe las novelas (2005), El Fantasista (2006), Mi nombre es Malarrosa (2008) y La contadora de películas (2009).
Entre otras anécdotas, este latino de pelo enrulado, nos contó como de pequeño jugaba a desafiar al diablo en remolinos de viento y polvo; qué lo llevó a emigrar del pueblo minero que lo cobijó hasta su adolescencia que pedía a gritos conocer y transitar las libertades del movimiento pacifista de finales de los ’60 y que lo dejara en las puertas de un concurso de radio por un plato de comida, iniciando su carrera literaria hasta el éxito que ha obtenido en países europeos, siendo en 2001 nombrado Caballero de la Orden de las Artes y las Letras por el Ministerio de Cultura de Francia, pasaporte que le permitiera no ser tantas veces más discriminado en las filas de los aeropuertos.
Es que ha sido un hombre de fe y de suerte. El número 11 le ha traído siempre fortuna, por ello le adjudica también el éxito a su última obra El Arte de la Resurrección, luego de diez que le anteceden, tal cual describiéramos.
Es que Domingo Zárate Vega, un vagabundo que se cree la reencarnación de Cristo, obnubilaba el pensamiento de Letelier en obras anteriores, pero sabiéndose perfeccionista y convencido de que el éxito radica en el tiempo dedicado a la corrección, hubo que darle una obra para él solo.
Más conocido como el Cristo de Elqui, Domingo comenzó a advertir formas apocalípticas en las nubes y a acertar en la predicción de pequeños desastres. Tras la muerte de su madre, se hace ermitaño en el Valle de Elqui, donde descubre, a través de una visión, que él es nada menos que la reencarnación de Jesucristo.
Cuando en 1942 se entera de que en la oficina Providencia vive una prostituta que venera a la Virgen del Carmen y que además se llama Magalena, sale a buscarla con el propósito de que sea su discípula y amante, y juntos divulgar la inminente llegada del fin del mundo.
El desierto chileno y las oficinas salitreras castigadas por el sol son los hostiles parajes donde el iluminado, más conocido como el Cristo del Elqui, causará revuelo entre los lugareños con sus prédicas santas.
Personajes grotescos y entrañables, sermones afiebrados e inverosímiles milagros son los elementos con que Hernán Rivera Letelier construye esta inolvidable crónica de una época y una geografía, únicas en una prosa llena de humor y surrealismo que le valió el Premio Alfaguara de Novela 2010.
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